“Los objetivos de la educación musical son el desarrollo
de la sensibilidad musical, la vivencia de la música, la comunicación y la
expresión a través de la música […] Esto conlleva el desarrollo del interés y
el placer por acercarse a la música en sus diferentes facetas: como oyente
comprensivo, como intérprete y como creador” .
NEUMAN KOVENSKY, V., “La formación del profesorado y los conciertos
didácticos”,
en Profesorado. Revista de
currículum y formación del profesorado, 8 (1), 2004, p.
Los
conciertos didácticos son conciertos breves cuya función es enseñar o explicar
aspectos clave del proceso artístico, respetando la forma y el estado
originario de la obra en cuestión. La diferencia fundamental con las clases de
música es que éstas se mueven en ámbitos y formas ajenas a aquellas en las que
se ha concebido una obra. En los conciertos didácticos, en cambio, se respetan
la forma y el contexto de la obra, aunque la función sea distinta de la de un
concierto “normal”.
La
preocupación por respetar la forma surge de la necesidad de aprender y
acostumbrarnos al contexto en el cual se desarrolla una obra musical. Al mismo
tiempo, los niños aprenden a actuar dentro de este ámbito formal. Por todo
esto, los conciertos didácticos, en nuestra opinión, son un complemento
esencial de las clases de educación musical. De manera resumida, los objetivos
de estos conciertos didácticos son:
-
ayudar a crear hábitos musicales.
- ayudar a formar a los niños como público.
- complementar la formación musical que los
niños reciben durante la semana.
- conocer instrumentos musicales.
- conocer distintas formaciones instrumentales.
- incentivar y entrenar la audición activa y
participativa.
Para
muchos niños los conciertos didácticos son la primera experiencia con la música
clásica en vivo. Es cierto que con los conciertos didácticos se quiere ofrecer
un espectáculo analógico a las funciones de sala de conciertos, pero siempre
sin olvidar su función didáctica. A un niño le puede resultar nuevo o extraño
que, por ejemplo, durante un concierto no se habla, o que al final de cada
pieza se aplaude. Para casi todos los adultos todo ello son convenciones y
formas de comportamiento universalmente aceptadas; pero para los niños son
comportamientos muchas veces ajenos. Durante los conciertos los músicos
interaccionan con los niños, pidiéndoles que reconozcan los instrumentos
musicales, fragmentos temáticos, invitándoles a acompañarles con palmas,
movimientos, etc
Muchas gracias a la Escuela Municipal de Música por propiciar esta magnífica experiencia educativa a nuestro alumnado.