jueves, 6 de marzo de 2014

La pizarra digital: soporte grafomotor vertical.

El soporte vertical nos indica que el niño se encuentra ya desinhibido para trazar múltiples iconografías. Ahora debemos pues comenzar otro proceso paulatinamente: el de la inhibición.

 Para ello es necesario partir de los presupuestos que el niño domina. El soporte vertical
de grandes dimensiones le permitirá seguir desinhibiendo su capacidad grafomotora, pero a la vez lo introducirá en una posición en la que el cuerpo ya se encuentra fuera: de pie frente al muro. La verticalidad del soporte es totalmente paralela a la del cuerpo del niño y esto le permite asimilar mejor el campo de referencias.
El proceso inhibidor comienza con la disminución progresiva de las dimensiones del soporte. La pizarra digital le hace experimentar sensaciones diferentes, pero su marco sigue ofreciéndole la posibilidad de ceñirse a un espacio cerrado.

En este caso el instrumento grafomotor  es natural, estos son aquellos que pertenecen al propio cuerpo del niño y su especialización para el movimiento grafomotor es una prolongación de la capacidad de instrumentalizar los segmentos corporales, especialmente las manos y los dedos.