Durante
la segunda mitad del siglo xx, a los planteamientos provenientes de la
psicología, entre los que se encuentran las teorías de Piaget, Vigostky y Ausubel —que establecieron las bases para la creación
de un modelo sociocognitivo en la didáctica— se sumaron otros autores que
contribuyeron a revalorizar la educación artística en el ámbito educativo.
Guilford introdujo, junto a Torrance, el
concepto de creatividad, planteamiento al que posteriormente se sumaron otros autores.
Howard Gardner reconoció la existencia de múltiples inteligencias
En 1991, la escuela infantil
municipal «Diana» de la comunidad de Reggio Emilia, es considerada la mejor
institución de su tipo a nivel mundial. Loris Malaguzzi, logró llevar a la práctica y dotar de marco
teórico - teniendo en cuenta la cultura pedagógica del momento- una propuesta
educativa de gran impacto para la educación infantil contemporánea. Durante el
desarrollo de su experiencia educativa, importantes figuras de la psicología,
el arte y la educación - Jerome Bruner,
Gianni Rodari, Franco Tonucci y Howard Gardner- se acercaron a conocer,
investigar y trabajar en sus escuelas infantiles, en las que el arte y la representación
de experiencias de primera mano –“L’occhio se salta il muro”- a través de los multilenguajes, es una
constante.
La incorporación sistemática del arte
en la educación contribuye, entre otras cosas, a que los niños comprendan que
existe más de una respuesta a una pregunta, más de una solución a un problema,
y que la diversidad que cada uno aporta es importante. Las artes desarrollan la
sensibilidad y el conocimiento (intelectual y estético), y enseñan que el
lenguaje verbal y la matemática no son los únicos medios para comprender y
representar el mundo. Es por ello que la presencia de las artes en la
enseñanza, enriquece el mundo educativo desde lo cognitivo, lo emocional y lo
afectivo. La educación artística es el arma más poderosa para liberar la
imaginación y formar ciudadanos sensibles, solidarios y comprometidos.
Enseñar y aprender arte implica
abordar contenidos específicos, con sensibilidad y con emoción, con identidad,
con subjetividad, promoviendo el desarrollo del pensamiento. Recrear las obras
de arte con los niños es abrir un
abanico de posibilidades inagotables, que nos aportan recursos didácticos para
vivenciar, recrear, inventar e imaginar el mundo maravilloso de los pintores
que se animaron a transformar lo cotidiano a través de la creatividad y la
expresión.