La
idea pedagógica de C.Orff, basada en revitalizar las tradiciones populares,
siguiendo la trayectoria histórica trazada “por el hombre ante el hecho
sonoro”, es asumida en el currículo de E. Infantil. Así partiendo del movimiento
y la palabra, ya que ambos contienen el elemento ritmo, estamos creando los
fundamentos para llegar a la música.
Todos
los folklores tienen en su haber un buen número de canciones infantiles que son
las más adecuadas para los niños, ya que contienen las estructuras musicales
más propias de la música del país al que pertenecen, a la vez que aportan a la
colectividad infantil un sin número de elementos lúdicos, mágicos, expresivos,
organizativos, valorativos, etc.
Por
su espontaneidad, por su aprendizaje no impuesto, por su carencia de artificio,
por su donaire, el folklore es algo así como la infancia incontaminada de la
literatura y música culta.
Ana
y Raquel, la mamá y tía de Natalia, llegaron a clase cargadas de instrumentos musicales
muy raros: un cántaro, una alpargata, una tabla de lavar, un caldero, una sartén
con patas… También trajeron panderetas, panderos, castañuelas… Cantamos, bailamos
todos juntos, hicimos música con esos instrumentos raros que no tenemos en el
aula de música y…sorpresa, ¡cómo suenan las castañuelas en las manos de Ana!.
Gracias
Ana y Raquel por llenar el aula de ese ambiente sonoro tan propio de La Mancha,
nada mejor que saber de dónde venimos para ser ciudadanos del mundo.