La enseñanza de la lengua extranjera es uno de
los retos importantes de los sistemas educativos europeos. Este “reto” tiene
que superarse garantizando interacciones de calidad en lengua extranjera en el
contexto escolar.
La enseñanza precoz de una
segunda lengua tiene ventajas relacionadas con la fonología y, probablemente,
la sintaxis. Es bien conocido que fonológicamente el aprendizaje precoz de una
segunda lengua deviene en “acentos nativos”. La cuestión de la sintaxis es más
compleja, pero estudios recientes parecen confirmar que los niños y las niñas
que aprenden de forma sistemática una segunda lengua de pequeños, cometen menos
errores sintácticos que aquellos que la aprenden de mayores. Evidentemente, estas
ventajas están en relación con la competencia lingüística del adulto con el que
interactúan los niños en una lengua
determinada; si el adulto no utiliza correctamente la lengua, dichas ventajas
desaparecen.
La incorporación de la enseñanza
de la lengua extranjera en la Educación Infantil comporta una metodología
relacionada con actividades lúdicas, con sentido en las que, desde una perspectiva intencional, aquello que tenga que hacer el alumnado sea más importante que la lengua que permite hacerlo.
Marta y Andrés, los papás de Andrés, vinieron al cole a contar y a cantar, a transformar las manos de los niños en un guiñol, en una araña que trepa y canta. Actividad lúdica, divertida, con sentido para el alumnado, en la que lo importante era tener la araña, que utilizaba como lengua vehicular el inglés. Sin duda, para realizar esta actividad era necesario contar con un interlocutor competente en lengua inglesa y Marta lo es. Experiencias de este tipo en los primeros cursos de la escolaridad hacen que las niñas y los niños generen actitudes positivas hacia el aprendizaje de lenguas extranjeras. MUCHAS GRACIAS a Marta y Andrés.