jueves, 26 de junio de 2014

Los papás vienen el cole:Jugando, Jugando, nos hacemos mayores.

“Jugando, Jugando, Jugando, de pequeños aprendemos a hacernos mayores. Jugando, Jugando hacemos crecer nuestro espíritu, ampliamos el campo de nuestra visión, de nuestros conocimientos. Jugando, jugando decimos y escuchamos cosas, despertamos a aquel que se ha dormido, ayudamos a ver a aquel que no sabe o a aquel que le han tapado la vista” Antoni Tàpies

El ser humano hereda toda la evolución filogenética, pero el producto final de su desarrollo vendrá determinado por las características del medio social donde vive. El juego es una acción espontánea de los niños que se orienta a la socialización. A través de ella se trasmiten valores, costumbres…El juego como una necesidad de saber, de conocer y de dominar los objetos; en este sentido afirma Vygotsky que el juego no es el rasgo predominante en la infancia, sino un factor básico en el desarrollo. Es un entramado entre la acción, el símbolo, las reglas y modos culturales que se relacionan entre si, además, el juego constituye el motor del desarrollo en la medida en que crea Zonas de Desarrollo Próximo (ZDP).
La mayoría de  los expertos coinciden en que el juego es una actividad vital e indispensable para el desarrollo humano. A través del juego el niño y la niña expresa sus emociones, sentimientos, al mismo tiempo que descubre, explora y experimenta con sensaciones, movimientos, relaciones, a través de los cuales llega a conocerse a sí mismo y al mundo que le rodea.


Adrián, el papá de Alejandro, nos propuso jugar con un objeto, la pelota, en el que había que echar suertes, elegir (como en la vida misma.. ¿a quién quieres más a…?) y también, el propio juego, supononía aplicar destrezas de coordinación oculo-manual y puntería. Jugar al cazo-pelotazo, es jugar a un juego tradicional que fomenta la aportación individual al grupo, el sentimiento de pertenencia. Gracias a Adrián por favorecer el desarrollo social de niños y niñas iniciándonos en los juegos de reglas, aceptando las normas, aprendiendo a compartir y a apreciar el compañero de juego.







 

lunes, 23 de junio de 2014

Los papás vienen al cole: La nuevas tecnologías entran en la escuela.


Desde la gratificante vivencia personal que se experimenta cuando se descubren las posibilidades que brindan las TIC para el trabajo, para el ocio, para la participación social, para la comunicación, para la creación colectiva, para el trabajo cooperativo..., muchas personas juzgan que tienen en sus manos un instrumento muy prometedor. De ahí su convicción de que se trata de un conjunto de herramientas que pueden resultar muy valiosas para aprender, crear, compartir...; y desean que su alumnado o sus hijos, se beneficie y aprenda no sólo a utilizar los diferentes "aparatos", sino a usar provechosamente las nuevas formas de representar la realidad, procesar la información y comunicarse, es decir, los nuevos lenguajes.
Éste es el principal argumento para incorporar las TIC en el aula de Educación Infantil. Su uso lleva aparejados nuevos lenguajes y nuevas -y cambiantes- formas de relación, que entran de lleno en el ámbito de lo educativo. Es necesario no quedarnos en el mero uso mecánico -y con frecuencia repetitivo- de un artilugio. Hay que facilitar un aprendizaje que ayuden a trabajar de forma creativa y responsable, y encaminadas a representar la realidad, procesar la información y comunicarse (lo que incluye cooperar, intercambiar, compartir y crear colectivamente conocimiento.)
 Desde esta perspectiva, refiriéndonos fundamentalmente al desarrollo de "lenguajes y formas de comunicación", ponemos el énfasis en la creación de situaciones de representación, conceptualización, y de intercambio comunicativo. Así entendido, el tratamiento educativo de las TIC en el aula de infantil debería ser similar al que se aplica a otros lenguajes (verbal, escrito, plástico, musical, matemático...). Por ejemplo, en las aulas de infantil los niños y niñas realizan producciones en distintos soportes y formatos (en las que representan la realidad que conocen y dejan constancia de sus intereses, sus vivencias, sus emociones, sus creencias...) Estas producciones pueden ser muy variadas: imágenes tratadas con programas sencillos, presentaciones que incluyen imágenes, pequeños vídeos, sonido, música, las propias voces de los niños y niñas...
Los ejemplos anteriores, referidos a trabajos realizados con herramientas TIC, conviven muy bien, y parece muy deseable que lo hagan, con otras producciones elaboradas de forma tradicional. Todas las formas de representación, de expresión y de comunicación pueden complementarse, utilizarse de forma mixta y creativa, y todas son importantes para el desarrollo infantil.


 Y porque todas las formas de expresión y comunicación son complementarias, Luis Miguel y Mª Pilar, los papás de Lidia, llegaron al aula con una propuesta de multilenguajes: el lenguaje oral y escrito…la larga lengua del cuento ; el lenguaje plástico como medio para hacer algo mágico (peces que se escapan del dibujo y nadan); concluyendo con el lenguaje que caracteriza a nuestro tiempo, el audivisual utilizando las TIC.
MUCHAS GRACIAS  a Mª Pilar y a Luis Miguel por vuestra colaboración y por regalarnos esa preciosa presentación.








sábado, 14 de junio de 2014

Los papás vienen al cole: ¿vale que jugamos a..? El juego simbólico.

El juego simbólico es la representación por parte de los niños de roles o situaciones, con argumentos de su propia creación, que realizan para divertirse.
El juego simbólico es una experiencia vital de la infancia que posibilita transformar, crear otros mundos, vivir otras vidas, jugar a ser otros, y así aprender a pensar como los otros, a sentir como los otros y, en definitiva, a saber que existen formas de pensar y sentir diferentes a la propia.
Con el juego simbólico, el niño también amplía su comprensión de sí mismo, ya que en este juego se asumen roles que después se abandonan con facilidad para adoptar otros diferentes, algo que el niño puede hacer gracias a la confianza que tiene sobre quién es y la seguridad que tiene en quién no es,  así  una niña o niño que adopta el rol de enfermo cuando juega, en un momento dado plantea ¿vale que yo era el médico?  y juega a hacer de médico pasando sin problema de un rol a otro, sin dudar por un momento quién es ella misma.
Una función muy importante que tienen los juegos simbólicos es que los niños los utilizan para expresar los miedos, fantasías o temas que les preocupan.
Cuando el niño comienza a jugar con los otros niños y niñas, a través del juego simbólico se introduce en el mundo de las normas, generándolas de mutuo acuerdo para que haya juego: ¿vale que yo era la enfermera y tu el enfermo? ¡no vale, yo era el médico! ¡vale que íbamos a curar a los enfermos? ¡vale!.  Con el “vale” se ha llegado a un acuerdo, se ha generado la norma y lo que implica, aprender a respetar las normas en el escenario compartido. Cuando el niño juega en grupo, puede ocurrir que se le olvide el papel o no cumpla las normas, es entonces, cuando sus compañeros le recordarán qué debe hacer, con ello, los niños también desarrollan la conducta prosocial de ayudar al otro y preocuparse por sus necesidades.
Para Vygotski, a través del juego simbólico, el niño satisface imaginariamente los deseos insatisfechos mediante la representación o reproducción del mundo a su medida.

Iván y Mª Carmen, los papás de Raúl, nos trajeron camiones, tractores, excavadoras, palas, apisonadoras, “gondolas”, motoniveladoras…toda una batería de juguetes que reproducen la maquinaria que en realidad se utiliza para construir carreteras, caminos. El material propició el juego, había que hacer caminos y surge el ¿vale que yo llevaba el camión?, no, tu la cuba del agua, primero yo hago..y después tu….¡vale!, ahora yo era…me toca a mi..¡vale!. Así generó el alumnado un mundo de obras públicas a la medida.

Mª Carmen y José Manuel, los papás de Rubén, llenaron el aula de esparadrapo, tiritas, vendas, jeringuillas, uniformes de enfermero, fonendos… y ¡a jugar a los médicos!. El juego tiene un componente subversivo para la infancia y les encanta poner al adulto en el papel del niño y ellos, los niños, en el papel de adulto y jugando todo está permitido, que te pongan inyecciones o que te peguen esparadrapo, esas cosas que a ellos les resultan desagradables. …..- José Manuel añadió unos juegos de magia que fueron perfectos para volver a retomar la atención del alumnado y dar paso a otra actividad.

 Muchas gracias a Iván, Mari Carmen, José Manuel y Mª Carmen, por ayudar con vuestras propuestas a que los niños aprendan a entender la realidad que les rodea, a practicar los roles establecidos en la sociedad adulta, a desarrollar la imaginación y la creatividad. MUCHAS GRACIAS.



























miércoles, 11 de junio de 2014

Los papás vienen al cole: El enfoque globalizador (I,II)

El enfoque globalizador hace referencia a la conveniencia de aproximar a los niños y niñas a lo que han de aprender desde una perspectiva integrada y diversa. El enfoque globalizador guarda estrecha relación con la significatividad de los aprendizajes y permite que los niños y niñas aborden las experiencias de aprendizaje de forma global, poniendo en juego, de forma interrelacionada, mecanismos afectivos, intelectuales, expresivos.

Los contenidos curriculares nunca son para el alumnado lo interesante, para ellos son los medios o instrumentos que le permitirán conocer mejor algún aspecto de la realidad por el que muestran interés o son los rudimentos necesarios para realizar algún proyecto o resolver un problema. Así, el interés del niño se centra en el producto final; las habilidades y destrezas necesarias no tienen interés en sin mismas, sino en función del proyecto o del problema  a resolver (como puede ser materializar la canción “un barquito de cáscara de nuez” o “hacer una rana con una pinza de la ropa”). Cuando un niño o niña engarza en sus experiencias previas conceptos nuevos, aplica procedimientos y habilidades para resolver un problema y además lo hace organizándose con sus compañeros, no solamente diremos que ha desarrollado sus capacidades, diremos que es COMPETENTE.

Eva, la mamá de Claudia, nos enseñó la canción “un barquito de cáscara de nuez”, vimos una nuez, la tocamos, era dura, la abrimos, comimos lo que encerraba, estaba seco, si apretábamos no caía zumo, a unos nos gustaba la nuez, a otros no. Pensamos como hacer el barquito de cáscara de nuez  con velas de papel. Eva traía de todo, también velas de papel y había que ponerlas en el palo más alto, como el capitán pirata, pero..¿cómo sujetar el palo mayor?, ¿necesitamos una nuez entera o la mitad?, ¿qué haremos con nuestro barco de cáscara de nuez?. Coloreamos la vela, la recortamos, la pegamos al palillo, modelamos una bola de plastilina, llenamos la MITAD de una nuez con la bolita, clavamos la vela en el centro del barco y…¡ A JUGAR!

Gema, la mamá de Hugo y de Luna, nos propuso hacer una ranita con una pinza de la ropa. Primero observamos una ya terminada ¿Quién quiere tener una rana que se le abra la boca?, esa fue la pregunta y todos querían una rana, entonces.. ¿qué sabemos de las ranas? y sabíamos muchas cosas, también canciones de ranas; pero para hacernos una ranita como la que nos había dejado unos días antes la mamá de Hugo y Luna… ¿qué tenemos que hacer? ¡colorear una rana!, ¡no, dos! y vimos la simetría mirándonos el espejo y juntando las dos manos y dentro nos caía un tesoro sin que nadie lo viese; después de colorear…recortar y partir por la mitad  y luego recomponer el todo pegando las cuatro partes y al final, cuando esté seca y bien pegada ¿qué hacemos con la rana?... ¡nos la llevamos a casa!, pero antes…” Cu cú, cantaba la rana….”


Muchas gracias a Eva y a Gema porque han posibilitado que las destrezas y habilidades de los niños y niñas se apliquen para resolver un problema, construirse un juguete con material inespecífico. Muchas gracias por vuestra ayuda en esta tarea difícil que es educar. El filósofo español José Antonio Marina recuerda con frecuencia un proverbio africano que dice: "Para educar a un niño hace falta la tribu entera".



















martes, 3 de junio de 2014

Viaje educativo: ¡Vamos a la granja!

Cuando se hace la propuesta al alumnado comienza el viaje: su imaginación se activa, ideación e idealización, ensoñación, intercambio de opiniones provocadas por la inicial curiosidad, unas hipótesis nacidas de la acción y dictadas por la pasión, por la aventura, que, en suma, desembocan en una situación de viaje: un proyecto, un itinerario, unos elementos a ser observados, apropiados y aprehendidos por la directa experiencia del viajero-descubridor. Preparar el viaje, imaginar, visualizar y visionar lo que vas a encontrar; relacionar y asociar conocimientos adquiridos de diferentes áreas...
Lo planeado se lleva a cabo, se hacen realidad los sueños: emprender el camino cuidando de ti y de los que te acompañan, adentrarte en lo desconocido, interactuar con ello para hacerlo tuyo, impregnarte, tratar de agarrar ese presente, que antes fue futuro, para preservarle y llevártelo contigo de vuelta a casa, cuando ya sea pasado. Volver a lo cotidiano revestido, y evocar lo vivido, contando, reconstruyendo tu propia historia. Conservar con cariño el saquito de hierbas, el pan de tu viaje, de esa experiencia vivida fuera del amparo familiar que te ha hecho descubrir posibilidades y limitaciones personales.
La Escuela Activa y la Escuela Nueva ya nos habla de esta manera de entender el viaje de estudios y el modelo de viajero. Se trata de una concepción escolar que no ve el viaje como una mera excursión, un consumo cultural, un entretenimiento. El viaje se sobreentiende como un instrumento pedagógico para dar oportunidades al alumno de desarrollarse como persona, es más, como buena persona. En palabras de Fabricio Caivano: “Un viaje de estudios es un modo de conseguir que los alumnos viajen gozosamente del ver al ser y del ser al ver”.