jueves, 22 de mayo de 2014

Loa papás vienen al cole: transformamos los objetos y con ellos el mundo.

“Las cosas se construyen en su identidad al tiempo que, paradójicamente se deshacen y se convierten en otras cosas. También el mismo niño se encuentra y se confirma en su propio devenir” (Loris Malaguzzi)
Es mucha la literatura pedagógica que hay sobre la utilización del material de desecho o ascendente como material didáctico. Quiero comenzar recomendando el articulo “El material de desecho” publicado en Cuadernos de Pedagogía (nº 119) del que es autora Alicia Vallejo Salinas, buena amiga y conocedora de nuestro colegio.
Las hermanas Agazzi centradas en el interés del niño, en su globalidad, atienden a la emoción, al sentimiento, tanto como a las destrezas y habilidades, y a las competencias para hacer y vivir juntos. Tuvieron en cuenta lo mismo que Decroly y, además, el paseo y cuestiones de índole socioeconómica: cuánta riqueza hay en “tesorillos” y “basurillas” que pueden recogerse en una salida. Materiales gratuitos que permiten fabricar juegos, juguetes y materiales didácticos, disfrutando además del proceso constructivo y de la creatividad. Son unas pioneras del material de desecho que a partir de la cumbre de Tblisis (1973) entró en aquellas aulas en las que se pretendía reducir, reutilizar y reciclar los materiales en pos del desarrollo de la educación medioambiental y ecológica.
El hecho de transformar los objetos y con ellos el mundo, proporciona al niño un conocimiento de la realidad, una valoración de su medio y un proceso de seguridad en si mismo.
Gema, la mamá de Rodrigo Carrero, ha venido al cole con una propuesta que suponía utilizar, percibir, manipular, planear, imaginar, construir, descubrir, inventar, jugar, observar, encajar, organizar, componer, divertirse, todo ello actuando en grupo, potenciando el pensamiento divergente. Los materiales de desecho han generado que, juntos, descubramos otras posibilidades y, a la vez, han sido fuente de socialización. Gema, MUCHAS GRACIAS.